Salud

Federación de médicos de la salud privada: “Algunas clínicas han reducido hasta en un 25% sus camas porque han desvinculado personal”

La organización alerta sobre las consecuencias globales de la crisis de las isapres: “Los ingresos no dan para cubrir el 100% del gasto operacional y, obviamente, eso pone en un eventual riesgo de quiebra a alguna de las instituciones”.

Por: Jorge Isla | Publicado: Lunes 4 de diciembre de 2023 a las 04:00 hrs.
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Foto: Julio Castro
Foto: Julio Castro

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En la encrucijada que enfrentan las isapres y en general el sistema privado de salud, un actor clave es el estamento médico, que en su calidad de prestadores individuales forman parte de los afectados por el crecimiento de la deuda del sector asegurador y los retardos en las cadenas de pago. Por ello, están expectantes en la cuenta regresiva que impuso el fallo de la Corte Suprema por primas GES, que al frenar el último reajuste determinó un ajuste constante de ingresos a un ritmo de 11,9% mensual a contar de enero próximo. Por eso, a partir de ese mes se anticipan los primeros efectos en las capacidades de sustentar las coberturas a nivel de todas las compañías y una antesala a la quiebra de una o más de ellas.

En este escenario, los facultativos que prestan servicios en la red de clínicas están en la primera línea de la crisis. “Llevamos cerca de un año en una incertidumbre brutal, período en que ha habido de todo, desde especulaciones a hechos objetivos que se han presentado”, señala el dr. Rodrigo Julio, presidente de la Federación de Asociaciones Médicas de la Salud Privada.

“Hemos tratado de decir de todas las maneras posibles que hay clínicas grandes que dependen de las isapres que sí tienen riesgo de caer completamente”.

Este nuevo referente –que obtuvo personalidad jurídica en junio de 2022 y está operando desde inicios de este año- representa a más de 3.500 médicos a través de asociaciones formadas en un conjunto de clínicas -como Indisa, Alemana, Santa María y Red Dávila- y centros médicos de Santiago y regiones. “Somos una estructura nueva que está creciendo, y que creamos básicamente porque dentro del Colegio Médico no existía nada que representara a los médicos que trabajan en salud privada, al menos en forma estructural, y queríamos una instancia representativa sin atomizar el gremio”, indica Julio.

El desarrollo de esta organización ha ido en paralelo a la consolidación de un escenario cada vez más difícil para la salud privada. “Esto ha requerido de aprendizaje para entender en profundidad este proceso y cómo puede afectar a los prestadores. Por ejemplo, desde el alta de un paciente, la isapre tiene un plazo de 60 días para revisar la cuenta, impugnarla y devolverla al prestador, y hasta que eventualmente se emite la factura ya tenemos un retraso de 120 días de retraso. Después viene otra parte de la cadena de pago con la activación de los seguros complementarios y los copagos, generándose la deuda en tránsito. Y antiguamente las clínicas, que tenían seguridad y garantías de pago, nos adelantaban plata, pero hoy nos están pagando contra recaudación”, explica.

A nivel agregado, el representante gremial señala que las obligaciones de las isapres con los prestadores privados, en particular con las clínicas, ha crecido hasta niveles “de $ 600 mil millones considerando toda la cadena de pago, volumen de deuda que en un escenario de quiebra de las isapres no se paga. Y desde el punto de vista del gasto operacional de una clínica –especialmente las de mayor tamaño- que le deban más de $ 1.000 millones va a impactar terriblemente.

- ¿Cuáles son los principales efectos que evidencian los prestadores privados?

- Primero, obliga a ir reduciendo el personal. Ya hay algunas clínicas que han reducido hasta en un 25% del volumen de camas porque han desvinculado personal. Los ingresos no dan para cubrir el 100% del gasto operacional y, obviamente, eso pone en un eventual riesgo de quiebra a alguna de las instituciones, sobre todo las que no tienen una espalda económica grande como, por ejemplo, algunas clínicas de menor tamaño o que no están integradas.

- ¿Han cuantificado la magnitud del ajuste a lo largo de este año?

- No lo tenemos cuantificado como federación. Pero cada uno individualmente en su respectiva clínica ha visto ajustes, como el cierre de determinados sectores, han desaparecido algunas UCI -partiendo por las numerosas que se crearon durante la pandemia- lo mismo que el personal y médicos contratados para ese efecto que ya están desvinculados hace rato. Y en administración, por ejemplo, si en un área antes había cinco secretarias, ahora son tres.

- Las isapres están advirtiendo más que nunca el peligro de insolvencia ¿ese riesgo de quiebra se traslada a las clínicas?

- Existe un riesgo de quiebra si el sistema se cae en cadena. Cada isapre representa para una clínica grande entre un 5% y un 15% de sus ingresos.

- ¿Cómo ve la conducción de la crisis por parte del Ejecutivo?

- Más allá de lo ideológico en relación a las isapres, no sé qué cifras maneja el Gobierno desde el punto de vista de la subsistencia de los prestadores. Las autoridades han dicho que no quieren que los prestadores y ni la oferta de salud disminuyan; sin embargo, no es la actitud que se está viendo. Hemos tratado de decir de todas las maneras posibles que, a pesar que los prestadores eventualmente puede que no caiga por completo -no obstante deba contraer la calidad de la atención- hay clínicas grandes que dependen de las isapres que sí tienen riesgo de caer completamente, y que son las que más resuelven finalmente los casos que se mandan desde el sistema público.

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